La clave es ser claro, conciso y enfocar siempre en tu aporte y sus resultados.
Este tipo de entrevista pone a prueba tu manejo emocional y tu capacidad para responder bajo estrés. El entrevistador puede utilizar silencios incómodos, preguntas provocadoras o actitudes desafiantes para generar tensión y observar tu reacción. El entrevistador intenta hacer que te pongas a la defensiva para ver cómo respondes a situaciones interpersonales difíciles o incómodas.
Aunque pueden parecer intimidantes, estas entrevistas no buscan incomodarte de forma gratuita, sino evaluar cómo gestionas situaciones difíciles, especialmente si el cargo implica trato con clientes exigentes, ambientes cambiantes o toma de decisiones en momentos críticos.
Este tipo de entrevistas son más usadas en negocios centrados en el cliente, como firmas consultoras o de inversiones, cuyos clientes frustrados o agresivos te pondrán retos de la misma manera. El propósito de esta entrevista es ver tu reacción y si puedes permanecer tranquilo cuando debas enfrentar adversidades.
Independientemente del formato o táctica del entrevistador, tu objetivo siempre será el mismo — conseguir el trabajo — demuestra por qué eres la mejor opción para resolver las necesidades del empleador. Debes presentarte con seguridad, claridad, profesionalismo y actitud positiva.
Prepárate para responder con ejemplos específicos, mantén la calma ante los desafíos, y muestra tu capacidad para aportar valor a la organización desde el primer contacto.
Las entrevistas suelen comenzar con una breve conversación informal destinada a crear un ambiente relajado y romper el hielo entre el entrevistador y el candidato. Este primer momento puede girar en torno a temas generales o detalles de tu currículo, y ayuda a establecer una conexión inicial.
Luego sigue el núcleo de la entrevista, donde se dedica la mayor parte del tiempo a explorar tus cualificaciones, experiencia, motivaciones e idoneidad para el cargo. La conversación tiende a ser dinámica y puede saltar de un tema a otro, dependiendo de tus respuestas. Muchas veces, las preguntas se construyen sobre lo que ya has compartido, por lo que es importante ser claro, honesto y estratégico en tus intervenciones.
Este formato busca ir más allá de la superficie. El entrevistador está interesado en comprender cómo piensas, cómo gestionas situaciones difíciles o inciertas, cómo te relacionas con otros y cuál es tu estilo de trabajo. A través de tus respuestas, evaluará aspectos clave como tu motivación, tu capacidad para trabajar en equipo, tu actitud frente a los desafíos y tu potencial de crecimiento.
Aunque el entrevistador normalmente conduce la conversación, tú también debes tener un rol activo. No se trata de competir por el control de la entrevista, sino de contribuir estratégicamente para asegurarte de que tus puntos fuertes y tus logros más relevantes sean mencionados. Esto demuestra iniciativa, madurez, habilidades comunicativas y seguridad en ti mismo.
Recuerda que la entrevista gira en torno a ti, por lo que debes sentirte con la confianza suficiente para participar con claridad, foco y profesionalismo. Hacerlo de esta forma no sólo enriquecerá el diálogo, sino que reflejará las competencias que muchas organizaciones valoran.
Finalmente, al cierre de la entrevista, lo más habitual es que te pregunten si tienes alguna pregunta. Este momento es clave: aprovéchalo para obtener información valiosa sobre la empresa, el equipo, las expectativas del cargo o la cultura organizacional. Formular preguntas inteligentes no sólo te permite conocer mejor la oportunidad, sino que también refuerza tu interés genuino y tu preparación.
Para cumplir tus objetivos, debes, sobre todo, estar bien preparado. Ante todo, debes ir con tranquilidad y seguridad, piensa que el que está al otro lado de la mesa es como tú. Contesta lo que verdaderamente creas porque puedes llegar a contradecirte.
Estos pasos te ayudarán a considerar los elementos de preparación.
Prepárate para hablar con facilidad y convencimiento sobre ti mismo. — Este es el tema en el cual los empleadores esperan que seas un experto. Ten todo lo que has preparado listo para introducirlo en la conversación en el momento apropiado.
Aprende todo lo que puedas acerca de la organización y el empleo ofrecido. — ¿Cuál es el marco de acción de la empresa? ¿Hacia qué mercado se dirigen? ¿Quiénes son sus clientes? ¿Qué retos a nivel de competencia enfrentan? ¿Cómo está la empresa organizada y dirigida? ¿Cuál será tu papel? ¿Qué clase de persona están buscando para el trabajo? Estar informado acerca de las actividades de la compañía es una forma segura de comunicar un interés genuino en el empleo y de impresionar a un empleador.
Familiarízate con todos los aspectos de tu currículo. — Esto suena obvio, pero a muchas personas se les olvida revisar su currículo antes de la entrevista. Muchas de las preguntas del entrevistador salen de dicho documento, así que es mejor que te familiarices con su contenido. Prepárate para explicar cada elemento de tu currículo.
Haz una lista mental de todas las preguntas que quieres formular. — ¿Qué necesitas saber acerca de la industria, empresa, cargo o jefes para evaluar si ese es un cargo bueno para ti o no? Buenas preguntas demuestran interés en el trabajo. También muestran que estás pensando con creatividad en la oportunidad.
Practica — Al igual que en el proceso de networking, encuentra compañeros, amigos y familiares con los que puedas practicar. Las entrevistas son una habilidad que se aprende. Siempre se puede mejorar con la práctica.
Entrevistas Virtuales — Si la entrevista es virtual también necesitas preparar lo siguiente:
Preparación técnica:
Preparación del entorno:
Llega a la entrevista listo para demostrar tus competencias en tres áreas principales:
Haz un inventario personal de tus fortalezas y prepara ejemplos concretos que respalden cada una. Esta preparación marcará la diferencia al momento de destacar frente a otros candidatos.
Prepara una respuesta breve para las siguientes preguntas:
De esta lista, quizás la más importante sea la última pregunta: “¿Tiene alguna pregunta?”, además de ser la mejor oportunidad que tendrás de impresionar a tu entrevistador y de obtener información, algunos entrevistadores dan más peso a las preguntas que el entrevistado formule que al resto de la entrevista. Tómate tu tiempo para preparar preguntas inteligentes, profesionales y que demuestren que estás de verdad interesado en el empleo que te están ofreciendo, si has hecho tus deberes, tendrás la suficiente información como para elucidar preguntas ingeniosas que hacerle a tu entrevistador. De cualquier manera, aquí te dejo algunas básicas y genéricas.
Estas preguntas muestran tu interés, preparación, pensamiento crítico y orientación a resultados:
Estas pueden transmitir falta de preparación, motivaciones poco alineadas o centrarse demasiado en aspectos personales antes de tiempo:
Al terminar la entrevista, muestra interés con una frase como: “Gracias por su tiempo y la claridad. Me entusiasma la posibilidad de aportar en este equipo.” No repitas esa frase literalmente por favor, ni otras que encuentres hechas en Internet, es sólo un ejemplo de lo que podrías decir, sé auténtico y original, adapta tu frase a la situación.
Cada ronda posterior de entrevistas suele profundizar en los temas abordados anteriormente. Aunque algunas preguntas puedan repetirse, el enfoque usualmente es más detallado y específico. Es posible que participen personas de distintos niveles y áreas dentro de la organización, por lo que es común encontrarse con perspectivas diversas sobre el mismo cargo.
Las segundas o terceras rondas suelen realizarse en las oficinas de la empresa, lo cual no sólo permite una evaluación más completa de tu perfil, sino también te ofrece la oportunidad de conocer el entorno laboral y a tus potenciales colegas. Es habitual tener entrevistas con entre 6 y 12 personas, ya sea de forma individual o en pequeños grupos. Estas jornadas pueden extenderse desde el desayuno hasta la cena, por lo que es fundamental descansar bien la noche anterior y estar preparado para un día largo y exigente.
No hay una respuesta para ello, el tiempo para recibir una respuesta tras la primera entrevista evidentemente varía según la empresa. Por ejemplo, firmas consultoras o del sector financiero suelen comunicar su decisión en un plazo corto (aproximadamente una semana). En cambio, otras organizaciones pueden tardar varias semanas (a veces más de seis) en definir si habrá una segunda entrevista. La mayoría de las empresas, sin embargo, te harán saber si están interesados, más o menos en una a dos semanas. E infortunadamente, hay algunas que ni siquiera se molestarán en informarte el resultado de la entrevista. Es importante que no pongas toda tu fe en una sola empresa o entrevista, continúa siempre en tu búsqueda sin desanimarte si no hay llamada o entrevista posterior.
Los entrevistadores basan su decisión en dos dimensiones clave:
Prepárate para destacar en ambas. No sólo se trata de cumplir con los requisitos del cargo, sino también de transmitir que encajarás bien con el equipo y con la cultura de la empresa.
Puntualidad: Es esencial. Llega al menos 10 minutos antes de la hora acordada.
Primer contacto: Al encontrarte con tu entrevistador, relájate e intenta generar un ambiente cordial desde el inicio.
Lenguaje corporal: Mantén una postura natural, abierta y segura. Evita movimientos nerviosos o cerrados.
Contacto visual: Mira a los ojos al responder las preguntas, demuestra seguridad e interés.
Estas pequeñas acciones transmiten confianza, profesionalismo y respeto por el proceso.
Vístete de manera profesional y conservadora, adecuada al tipo de cargo y a la industria. La ropa que elijas proyecta una imagen inmediata y puede influir en la percepción del entrevistador. Es preferible pecar por exceso de formalidad que por falta de ella.
Aunque algunas empresas tienen un código de vestimenta más relajado, en una entrevista es importante demostrar seriedad y respeto por el proceso. Investiga la cultura de la organización con anticipación y, si tienes dudas, elige un atuendo clásico y sobrio. Cuida también tu arreglo personal y llega con puntualidad: las primeras impresiones cuentan, especialmente en roles de cara al cliente.
Hoy en día, es cada vez más común que la primera entrevista se realice de forma virtual. Sin embargo, esto no significa que puedas relajarte o descuidar las normas básicas de etiqueta y comportamiento profesional.
Prepárate con el mismo nivel de seriedad y detalle que si fuera una entrevista presencial. La impresión que causes sigue siendo igual de importante, aunque estés detrás de una pantalla.
Asegúrate de:
Además, si no has leído la sección, en esta misma página, sobre preparación para entrevistas virtuales, hazlo ahora.
Recuerda: el entorno virtual no reduce la importancia de tu actitud profesional. Puntualidad, lenguaje corporal, tono de voz y claridad al expresarte siguen siendo claves para dejar una buena impresión.