Carta de Presentación

Cartas de Presentación

Las cartas de presentación siguen siendo una herramienta clave de comunicación profesional. Su objetivo es captar la atención del lector, motivarlo a saber más de ti y generar una acción concreta: conseguir una entrevista, una reunión o una recomendación. Una buena Carta de Presentación es parte esencial del Plan de Carrera, y te ayuda a acercarte a tu objetivo. Aquí te explicamos cómo lograrlo.

Tipos de Cartas de Presentación

Reacción vs. Proactividad

Cuando respondes a una oferta publicada (en redes sociales, portales de empleo o sitios web corporativos), estás actuando de forma reactiva: sabes qué buscan y sólo necesitas demostrar que eres la mejor opción. Pero cuando envías una carta espontánea (sin que haya una vacante publicada), estás actuando de forma proactiva. Ahí, tu carta debe generar interés desde cero y persuadir a quien la recibe de que merece la pena conocerte.

• Cartas reactivas: son más fáciles de escribir, pero compites con más candidatos.
• Cartas proactivas: son más desafiantes, pero te permiten destacar sin ruido.

En ambos casos, tu carta debe transmitir valor, profesionalismo y un conocimiento claro de a dónde quieres llegar.

Claves para una Carta Efectiva

Cualquiera que sea la situación, para que tu carta de presentación sea buena y efectiva debe:

• Estar dirigida a una persona específica (idealmente, la persona con poder de decisión).
• Ser breve, directa y de no más de una página.
• Indicar claramente el propósito de tu contacto.
• Demostrar que conoces la empresa, su cultura y su industria.
• Enfocarse en lo que tú puedes aportar, no en lo que esperas obtener.
• Conectar tus habilidades y logros con las necesidades del rol o área.
• Ampliar el CV con ejemplos, sin repetirlo.
• Reflejar actitud proactiva, curiosidad y motivación auténtica.
• Diferenciarte de otros candidatos.
• Proyectar profesionalismo y confianza en ti mismo.
• Cerrar con una propuesta concreta de acción (por ejemplo, “me encantaría agendar una reunión para conversar más a fondo”).

Y, por supuesto:

• Cero errores gramaticales, ortográficos o de formato.
• Sin tonos robóticos, con rodeos o con frases genéricas copiadas de Internet.

El Diseño debe ser limpio y profesional, tanto si es una carta física en papel, como si la entregas en PDF u otro formato digital.

Preparación requerida

Escribe el borrador de tu carta de presentación sólo después de haber realizado la investigación necesaria y de haber definido con precisión lo que quieres decir. Una carta de presentación no se improvisa. Para que sea realmente efectiva, es clave:

1. Investigar la empresa y el cargo

Busca información en su web, redes sociales, noticias, y plataformas como LinkedIn. Analiza su cultura organizacional, sus proyectos recientes y su propósito. Identifica qué problema podrías ayudar a resolver.

2. Definir tu propuesta de valor

¿Qué puedes aportar que tenga sentido para esa empresa, en ese rol y en ese momento? Elige 3 o 4 aspectos clave (habilidades, logros, experiencias) que te diferencien y que respondan directamente a sus necesidades.

3. Escribir con intención

Una carta de presentación no es un formulario. Es tu oportunidad de mostrar quién eres, cómo piensas y por qué deberías ser parte del equipo.

Ahora decide cómo vas a convencer a tu lector de que posees las fortalezas que has decidido destacar. Una vez hayas escrito una lista de datos importantes sobre tus experiencias profesionales y tus fortalezas personales, puedes usar esta lista cada vez que vayas a escribir una carta de presentación. La investigación anterior te prepara para escribir las mejores cartas posibles.

Desde el punto de vista del empleador, una carta de presentación bien hecha refleja cómo, a su tiempo, representarás a la empresa que te contrate. La carta refleja no sólo tus capacidades, sino también tu profesionalismo, tu nivel de preparación y tu compromiso con la calidad en todo lo que haces. En el mundo digital actual, donde muchas solicitudes de empleo se pierden entre cientos, una carta bien escrita puede ser el elemento que te abra la puerta correcta.